Ante el exceso de imágenes de la cultura digital, planteamos estrategias pedagógicas que se adapten a los nuevos modos de representación de la identidad. En este caso, nos centramos en el morphing. Una técnica de distorsión visual del rostro muy extendida en las redes sociales. En la actualidad existen numerosas aplicaciones móviles que nos convierten en otros personajes o nos cambian de género en segundos. Las nuevas generaciones construyen su idea del mundo y de sí mismos a partir de este contexto visual. Es por eso que la educación actual requiere un aprendizaje visual constructivista, o que es lo mismo, aprender de las imágenes desde la práctica. 

A mediados del siglo XX, la fotonovela se convirtió en un medio de alfabetización elemental debido a su carga visual. Recuperamos este formato para nuestra investigación ya que, como otros recursos de la cultura del espectáculo, inculcan una idea deformada de la realidad. Su narrativa basada en la estereotipación de los personajes es un indicador de la Cultura Visual de la época. La portada de estas narrativas visuales es la clave publicitaria del producto, por lo que, para un alumnado de diseño, crear un fake con esta estética concreta no solo implica un autoaprendizaje técnico, sino que se activa todo un proceso reflexivo en torno a la imagen comercial.

En definitiva, consideramos necesario involucrar al alumnado como protagonistas de sus fotonovelas mediante el morphing para crear un debate en torno a las nuevas formas de comunicación y de representación de la identidad. Se trata de una tarea de análisis; ¿Qué saben las nuevas generaciones sobre la Cultura Visual?